"El impacto de los vínculos en nuestro rendimiento emocional y social"
- Natalia Di Domenico

- 26 may
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 10 jul
Por Natalia Di Doménico
Psicóloga Social | Neurociencias organizacional
¿Y para vos qué son los vínculos? A través de este artículo quiero llevarte a que profundices en el concepto pero también en las huellas emocionales que nos dejan las conexiones sociales que tenemos diariamente.

Los vínculos no son solo la base de nuestras relaciones humanas, son también el motor silencioso que impulsa o bloquea nuestro bienestar, nuestras decisiones y nuestro rendimiento diario. ¿Cuantas veces comenzaste el día alegre porque recibiste una buena noticia, porque te dieron un abrazo contenedor, porque te reconocieron un esfuerzo o porque te dijeron una frase alentadora?
Las neurociencias sociales han demostrado que el cerebro humano está diseñado para vincularse con el otro, desde situaciones cotidianas como saludar a un vecino hasta vínculos más profundos.
John Cacioppo, pionero en el estudio de la neurociencia social, hace hincapié en el efecto que las relaciones tensas o conflictivas pueden tener en nuestra salud mental y física.
Desde mi opinión y profesión considero que los vínculos no son solo relaciones afectivas, son circuitos de confianza, códigos de comunicación y puentes invisibles que se construyen o destruyen todos los días con nuestras decisiones, acciones y palabras. Bajo este concepto podemos nombrar tres tipos de conexiones y su impacto:
Vínculos potenciadores: estimulan nuestro aprendizaje, seguridad emocional y motivación, entre otros.
Vínculos tóxicos: generan estados de alerta, desregulación emocional y autoimagen distorsionada.
Vínculos funcionales: nos ayudan a operar con eficacia en contextos sociales y organizacionales.
El vínculo como regulador emocional: el cerebro es un órgano social, su estructura y funcionamiento están profundamente influidos por los vínculos que establecemos. La neuroplasticidad- la capacidad del cerebro para reorganizarse- depende, en gran parte, del entorno relacional.
Dato clave: en contextos donde nos sentimos seguros emocionalmente, el sistema límbico se regula con mayor facilidad, lo que permite que el córtex prefontal - área del juicio, la toma de decisiones y la empatía- funcione de manera más eficaz.
Como los vínculos afectan nuestro rendimiento social. En entornos laborales, familiares, educativos, los vínculos determinan la calidad del clima, la colaboración y la capacidad de sostener conflictos con inteligencia emocional. Un buen vínculo:
Mejora la comunicación
Aumenta la cooperación
Disminuye el estrés interpersonal
Favorece entornos más flexibles donde predomina el aprendizaje y la creatividad
Cuando el entorno no nos reconoce emocionalmente, la desconexión, la indiferencia o el aislamiento prolongado afectan la autoestima, generan ansiedad y reducen el rendimiento global.
Cinco claves para construir vínculos saludables y funcionales:
Escucha activa y validación emocional
Empatía como puente no como reacción
Límites claros, sin culpa
Presencia real ( mas allá de lo físico)
Responsabilidad afectiva en cada rol que asumimos
Los vínculos o conexiones sociales son el lenguaje invisible que escribe nuestras conductas, emociones y elecciones. cuando entendemos su impacto, dejamos de subestimar su poder y comenzamos a elegir conscientemente en qué tipo de redes queremos vivir, trabajar y crecer.
Invertir en nuestros vínculos es invertir en estabilidad emocional y en nuestro rendimiento como seres sociales.
Te invito a que profundices en la mejora de los vínculos con nuestras propuestas.
Natalia Di Domenico



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